A nosotros nos pasó un caso similar.
Un cliente vino a que le montaramos unos ventiladores (tres si no recuerdo mal) y preguntó que podía costar.
Tras decirle que a falta de ver el trabajo, lo único que le podiamos decir era el precio de la hora y que si estaba todo preparado podía ser mas o menos una mañana de trabajo el cliente aceptó que le hicieramos el trabajo.
Un compañero fué y al ver que no tenía ni puntos de luz ni interruptores tuvo que hacerle una instalación de superficie con canaleta.
Al final de la corrida, el cliente vino a pagar y como le pareció caro nos dijo (con toda la razón del mundo) que deberíamos haberle pasado un presupuesto antes de realizar el trabajo o parte de trabajo previa renuncia a presupuesto de su puño y letra (me parece que sabía de leyes mas que un abogado).
Pagó la factura, pidió la hoja de reclamaciones y después denunció en el consumidor.
La resulución fué que tuvimos que develverle todo el dinero que había abonado.
La lección nos salió cara, ya que el cliente quedó con una instalación completa (un día de faena mas material) y nosotros tuvimos que pasar las manos por la pared.
Es una amarga experiencia pero nos enseñó a que antes de realizar un trabajo de cierto valor a un cliente que no conocemos, hemos de hacer una valoración y darsela. por si las moscas.
Un saludo.