Se puede decir que los accidentes eléctricos no son numerosos, debido en gran parte a que a día de hoy se toman protecciones muy eficaces a la hora de evitar este tipo de accidentes.
Sin embargo, este tipo de accidentes pueden ser muy peligrosos llegando a causar en algunos casos la muerte del accidentado.
Además, la mayoría de la gente solo asocia el peligro de muerte con los niveles de alta tensión considerando los valores de baja tensión como "no peligrosos", estando esta idea muy alejada de la realidad.
Las estadísticas de este tipo de accidentes nos darán una visión general de los daños que la energía eléctrica puede causarnos:
- En el 55% de los casos, las lesiones producidas son quemaduras de menor o mayor gravedad.
- Las partes del cuerpo más afectadas son las manos en un 43% de los casos y los ojos en un 20%.
- Las formas más comunes en las que se producen estos accidentes son:
Contacto directo (34,5%).
Contacto indirecto (17,5%).
Arco eléctrico (48%).
- Los fallos que producen este tipo de accidentes son:
Trabajar bajo tensión (27%).
Manipulación incorrecta de elementos o herramientas (20%).
Utilizar herramientas no aisladas (12%).
Desconocer si la instalación no está bajo tensión (10%).
No conocer la instalación (9%).
- Los defectos en las instalaciones eléctricas más comunes son:
Estar seccionada la puesta a tierra (29%).
Defecto de la protección diferencial (23%).
Inexistencia de la puesta a tierra (15%).
Inexistencia de interruptor diferencial (4%).
Defecto de aislamiento (2%).
Como conclusión final se puede decir que los accidentes eléctricos están provocados por las personas en un 75% de los casos, razón por la cual queda de manifiesto la importancia del factor humano a la hora de evitar este tipo de accidentes.